El peor final de un partido que nunca empezó, desastres organizativos, suspensiones de
jugadores no informadas y gente perjudicada. Todo eso mostró una copa que fue
un desastre desde el comienzo.
Si bien se quiere imitar a Europa en casi todo, acá de este
lado del mundo estamos a años luz de distancia; ya sea desde nivel organizativo
hasta cultural. Conmebol nunca debió optar por el formato actual de la Copa Libertadores, si bien el calendario
anterior estaba muy ajustado y con un torneo partido en dos por los compromisos
internacionales que se venían realizando y obligaban a que se realice un párate
en los meses de junio y julio. Este estilo de competición, muy similar al
utilizado en el viejo continente, no estuvo bien diagramado desde el principio.
Para empezar el campeón de la Súper Liga 2019 no estaría ingresando hasta la edición
2020 de la Libertadores. Si queremos imitar a los europeos podríamos empezar a
poner el calendario de agosto a mayo. Así nos evitaríamos el problema, de también,
llegar con lo justo al mundial de clubes.
Otra cosa que fallo desde el inicio.
Jugadores que estaban en suspensión y los clubes no sabían. Bien
es sabido el caso de Bruno Zucullini (jugador de River Plate) que jugó
inhabilitado toda la fase de grupos y la vuelta de los octavos de final frente
a Racing. Conmebol nunca aviso al club millonario incluso cuando este último pidió
el informe de jugadores suspendidos. En la vereda de enfrente está el caso de Ramón
Abila (jugador de Boca JRS) quien también estuvo suspendido y jugó e incluso
anotó goles decisivos en la copa, caso excepcional donde el jugador había estado
jugado con su ex club la edición del año anterior. Y el último caso es el de
Carlos Sánchez (jugador del Santos brasilero) quien estaba inhabilitado desde
el 2015 cuando militaba en River. Este último caso es el más bochornoso de
todos ya que significo la eliminación de su equipo.
Fracaso organizativo.
Desde que se especulaba con una posible final entre Boca y
River no se paró de decir incoherencias, hasta se han planteado jugar con
publico visitantes. Nunca supieron armar una final acorde al partido que tenían
frente a sus narices. El primer error que cometió la Conmebol fue correr las
fechas, pactadas en principio para que se jugaran un miércoles por la noche. Pero
el dinero puede más que cualquier otra cosa y vendieron los derechos a Europa,
ergo las finales se jugarían un sábado. Para la primer final había un pronóstico
de tormentas muy alevosos como para exponer al público y a los jugadores (sin
mencionar que también tenían un campo de juego en pésimas condiciones por las
condiciones climáticas). Lo que cualquier persona con sentido común hubiera
hecho es correr de fecha, pero no Conmebol dice que se juega igual. Hicieron entrar
a gran parte de hinchas de Boca y los tuvieron presos en la incertidumbre de no
saber si se jugaba o no. Gente que viajo desde el exterior e interior del país,
incluso un grupo de simpatizantes perdió la vida en el viaje al estadio por
causa del temporal (anunciado desde hacía una semana).
Para el partido de vuelta ocurrió lo peor. El peor inicio de
un partido que nunca comenzó. Con un Monumental
colmado para lo que posiblemente hubiese sido una fiesta. Pero en ese
marco el micro que trasladaba a los jugadores de Boca fue apedreado por “hinchas”
de River. ¿Qué falló? La seguridad claramente ¿Cómo vas a dejar liberada la
zona por donde pasa el plantel rival? Es algo de no creer. A pesar del
mamarracho que hicieron los nefastos disfrazados de hinchas, el ente madre del
futbol sudamericano presionaba para que se jugara el partido. Cosa que era
imposible viendo las condiciones en la que estaban los jugadores xeneizes. No tenían
un medico apto para revisar a los jugadores lo que derivó en un traslado del capitán
de Boca a un sanatorio.
¿Se juega o no se juega? Así tuvieron a los hinchas de River, gente que estuvo en
el estadio de rehén, siete horas e incluso más. Porque no suspendieron el
partido apenas vieron que no se podía jugar, hicieron lo mismo que en cancha de
Boca. No les importa el deporte, solo los negocios. Eso quedó demostrado en
esta edición de la Copa Conmebol Libertadores.
Se cagaron en la gente de Boca primero y para coronar con broche de oro:
en la de River dos veces.
Por Alejo Leoni
Twitter @alejo_rules





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